sábado, 20 de junio de 2009

Periodismo y realidad.

El periodismo es un vocero y constructor de realidades. Desde que ha aparecido la imprenta, su función ha alternado entre ser desencadenante de grandes cambios y garante conservador del estado de cosas.

Mac Luhan mencionó tiempo atrás que surgiría, con sustento en las innovaciones tecnológicas, una era de acceso universal al conocimiento[1]. Su prefiguración resulto manca; Están los medios para entrar a ello pero las posibilidades para acceder a esos medios no son las mismas para todos. No se supo o no se quiso prever que ese ‘acceso universal’ estaría atado, en la gran mayoría de los casos, a los intereses de grupos hegemónicos. El periodismo en particular no es la excepción a la regla.

Desde hace décadas se impone una nueva noción del periodismo. Quitándole su contenido revolucionario y militante para darle mas lugar a su función como transmisor ‘objetivo, eficiente y profesional’ de la realidad. Que sea mas ‘acorde’ con el funcionamiento del mercado, que es el eje del statu quo actual.

Esto no significa que el periodismo ha devenido en un todo uniforme a estas imposiciones. Sigue habiendo una lucha permanente de ideas. Pero el espacio de margen para construir un periodismo que en verdad se encuentre mas cercano a los problemas de las bases sociales se ha reducido.

Las instituciones han repetido tantas veces la idea de que el periodismo debe ser sinónimo de objetividad sobre ‘la realidad’ que hemos olvidado de cómo se construye ello. Solo nos ha quedado en la mente la meta del periodismo pero no la praxis ni la crítica hacia el. No me refiero con esto, a que no haya habido ni hay estudios que alerten acerca de ello. Los hay y muchos, pero lamentablemente estos, en muchos casos, encuentran indiferencia a su ardedor. Son la voz disonante en un coro evangelizador que proclama ‘la-era-de-la-información-llegó-para-quedarse’.

Pierre Bourdieu se preguntaba: ‘¿Por qué quienes detentan casi un monopolio de la información masiva no toleran un análisis de los mecanismos que rigen la producción de la información y, menos aun, la difusión de la menor información al respecto?’ [2]

El sociólogo francés buscó con esta pregunta abrir el debate en torno a una gran reforma de la praxis de este periodismo ‘profesionalizado’. El sintió que la labor periodística ya no lo era así porque estaba (y esta) mas cerca de los intereses de una minoría poderosa que de la población en su conjunto y de las medidas que se toman en beneficio de ellas. Estas dudas y críticas que ha formulado las ligó a la cobertura tergiversada que habían hecho los medios informativos de la huelga general que ocurrió en Francia a mediados de los 90s.

Bourdieu ha estado en estos acontecimientos donde las funciones coercitivas del periodismo se han mostrado más a la luz que nunca. A partir de esto y con sustento en sus estudios críticos de la comunicación masiva afirma que “el periodismo, como instrumento de comunicación, se utiliza para censurar –ocultar mostrando- y al mismo tiempo esta sometido a una fuerte censura. Uno querría emplearla para desnudar su monopolio y el de los instrumentos de difusión; el periodismo es la herramienta que permite hablar a la multitud, mas allá de los limites de la profesionalidad”.[3]

Sin ir mas allá, a lo que se quiere ir es si se busca cambiar este estado ‘muerto’ del periodismo no se trata de negarlo sino que lo ideal seria resignificar los recursos del periodismo dominante para darle un fin social. Volver a la praxis periodística militante pero haciendo uso de ‘las nuevas tecnologías’. Que esta sea abarcadora y universal. No segregacionista y constructora de nichos de mercado para la marketinización de sectores marginados por políticas económicas regresivas. Los mismos que son ‘carne de cañón’ para la ‘rentabilidad’ de los multimedios periodísticos actuales.

No se busca, claro esta, una nueva ‘objetividad’ frente a la problemática de la actual praxis periodística. Es claro que esta es imposible. Las acciones humanas no son un conjunto de variables contables que pertenecen a una regla inexorable. Entonces a lo que aspira el periodismo más que a informar ‘con objetividad’ es a reivindicar su papel como militante de cambios que contribuyan al desarrollo equitativo de la sociedad toda.



[1] http://www.razonypalabra.org.mx/mcluhan/aldjav.htm

(2) BOURDIEU Pierre, Pensamiento y Accción, segunda edición, segunda edición, Buenos Aires: Libros del Zorzál. Página 77.

[3] Ibidem (2) Página 85